Además de la diferencia de color, los tomates rojos y amarillos también se diferencian en su composición. Los tomates amarillos son más dulces y, por lo tanto, contienen menos ácido que los rojos.
Los frutos amarillos son menos calóricos. Los tomates amarillos contienen más hierro, zinc, fósforo, ácido fólico y niacina.
Tienen el doble de vitamina B3 (niacina) y vitamina B9 (ácido fólico) que los tomates rojos.
Los tomates rojos contienen betacaroteno (provitamina A) y licopeno, que no se encuentran en las variedades amarillas. Es precisamente el pigmento natural licopeno el que da a los tomates rojos su color.
Por su parte, los tomates amarillos deben su color a otro carotenoide: la luteína.
Los tomates rojos contienen más fibra y vitamina C.
En cuanto a las propiedades de los tomates, es importante comprender que cada variedad tiene sus propias ventajas únicas.